Imagen tomada de la Red
En contra de mi opinión, mi socio decoró su nuevo apartamento en blanco y me invitó a cenar para celebrarlo. Acepté el convite y me propuse aprovechar los postres para pedirle que me cediera su parte de la empresa.
En la inspección ocular del día siguiente la policía no tuvo ningún problema en encontrar mis huellas rojas sobre la mesa blanca, los sillones blancos, las paredes blancas, las cortinas blancas...
Créanme, amigos, no era mi intención ponerlo todo perdido pero debo explicar, para mi descargo, que encontré cierta resistencia por su parte.
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