sábado, 27 de febrero de 2021

Perros. Julia Otxoa


 

Imagen tomada de la Red


El cantante ajusta su voz y sale al escenario, con estupor observa que el teatro está repleto de perros formalmente sentados en sus butacas. Intenta guardar la calma, ante todo es un buen profesional, cuando acabe la sesión ya pedirá las debidas explicaciones.

Tras su actuación y después de escuchar los aplausos que le dedica la perruna audiencia, se vuelve hacia la orquesta, todos los músicos son también perros de diversas razas y tamaños. Se frota los ojos, se pellizca por todas partes con insistencia intentando despertar, debe tratarse sin duda de un sueño.

Pero no es un sueño, nervioso echa a correr, intenta salir precipitadamente del edificio, pero alguien se lo impide agarrándole con fuerza de un brazo -¿Qué diablos te pasa?

Se vuelve hacia quien le retiene, a su espalda, un enorme bulldog le mira asombrado, arrastrándolo seguidamente hacia la barra de la cafetería del teatro. Allí, atónito, se contempla a sí mismo ante el espejo.

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