miércoles, 13 de enero de 2021

El rascacielos. Paloma Hidalgo Díez


 


Imagen tomada de la Red


Él se enamoró de mí cuando el ascensor alcanzó la segunda planta. Yo ya le amaba en la primera. En la décima acepté el anillo; la boda, íntima, la celebramos en la decimoquinta. Tres más arriba llegaron los gemelos y la hipoteca. Elevamos sueños juntos una docena de plantas más, un tiempo perfecto en el que conjugamos el verbo amar hasta tener a Lea, plantamos el cerezo, y nos aficionamos a volar en globo. Pero en la trigésima subió ella, la mujer que ahora vive en sus pupilas. Rezo para que se baje en la siguiente, yo tendría, otra vez, dos plantas para enamorarle antes de alcanzar la última.

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